Carlos Coloma trabaja en el 2021 del BH Templo Cafés-UCC

Una cosa está teniendo este 2020 que encara su recta final y no es otra que no haber dejado a nadie indiferente.

Para el BH Templo Cafés - UCC, la historia no le ha sido ajena y visto ahora se podría decir que han tenido la misma cintura que demuestran en los mejores circuitos del BTT: “Estamos contentos -nos admite Carlos Coloma-, dentro de la desgracia que nos ha tocado vivir. Hemos demostrado tener mimbres de poder salir adelante en unas circunstancias muy complicadas para todo el mundo”.

De esta manera dibuja el camino: “Nuestro equipo siempre ha tenido una vocación muy clara hacia la comunicación, desde sus primeros días, y eso se ha notado, porque la maquinaria no se paró ni siquiera durante el confinamiento. Fue todo perfecto, y todos pusieron de su parte, los corredores, el staff, los mecánicos… todos aportando contenido original que nos ha permitido mantener el contacto con nuestros seguidores y cumplir con nuestros patrocinadores”.

¿Cómo comunicar durante un confinamiento?

Con el cierre vigente del país, se impuso un plan de comunicación, sí, pero también de contacto con la gente, que se fue cumpliendo escrupulosamente: “Desde consejos mecánicos, a montaje de la bicicleta, ajustes de reglajes de suspensión, trabajo de gimnasio , test de neumáticos y algunos chats con gente curiosa, que no son del ciclismo, pero que son ciclistas de corazón como los Café Quijano o Santi Rodríguez “el frutero”.

Carlos Coloma pasó ese tiempo en su pueblo, en Albelda de Iregua, donde tiene su casa, su familia y la sede del equipo: “Tuve la fortuna de pasar los meses más duros en una casa en medio del campo, cerca de un pueblo, de unos 3000 habitantes, con lo que ello supone. Este año sin duda nos deja muchas lecciones, en mi caso y volviendo sobre dónde vivo, aprecio más que nunca vivir en plena naturaleza”.

BH Templo Cafés - UCC salió airoso del envite: “A nivel de estructura hemos salvado el trago, no dejamos de mantener la estructura de nueve profesionales y, aunque acogidos a un ERTE, hemos salido adelante. Los patrocinadores han estado ahí, sin fallar, incluso sin un calendario a la vista”.

Unos patrocinadores entre los que estuvo y sigue Gobik “una marca que está con nosotros desde el minuto cero -prosigue Carlos- y que en estos tiempos ha tenido cintura de sacar proyectos solidarios a los que no hemos dudado en sumarnos”.

Y es que el bloque ha sabido crear una comunidad de medio millón de seguidores.

Un 2021 que será olímpico  

Y ahora el 2021, el año que todos esperamos para retomar aquello que un día llenaba nuestras vidas y tanto extrañamos. A nivel de equipo, se deben “completar una serie de incorporaciones, alguna de calado, es decir un top mundial, que se sumará a la estructura donde ya están Rocío del Alba, Pablo Rodríguez y yo mismo”. A ello se añade la escuela que ha pasado del 60 a 80 niños este último año.

“El retraso de fechas de los Juegos Olímpicos -prosigue Carlos- ha significado un cambio profundo en todas las planificaciones, pero lo hemos sabido reorientar. Rocío, en su caso, ha hecho mucho trabajo muscular que durante la temporada es más complicado de realizar. Este periodo la hará llegar más fuerte a la cita.

Pablo ha trabajado muy bien en su casa y yo estoy pendiente de todos ellos. Claro que quiero estar en Tokio, pero con el nivel necesario”.  

Ahora mismo sólo Rocío tiene plaza asegurada, las dos plazas masculinas están en el alero: “Queremos que el BH Templo Cafés - UCC cope las plazas españolas para los Juegos Olímpicos. El contratiempo ha sido para todos, pero hemos trabajado muy bien”.

Un trabajo que hace que los días se estiren y se estiren, incluso ahora en noviembre. “Nos debemos a nuestros patrocinadores, que son hasta dieciséis y el trabajo es intenso. BH nos envía prototipos para probar, con Gobik estamos en un diseño que sin verlo aún seguro que será precioso…”

¿Cómo será?

“Ahora mismo hay dos propuestas sobre la mesa, ya los veréis” concluye misterioso. 

Textos: El Cuaderno de Joan Seguidor

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